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domingo, 14 de julio de 2013

TIEMPO DE HABLAR Y NO CALLAR. TIEMPO DE HACER SONAR LAS TROMPETAS.




Ezequiel 33:1  Vino a mí palabra de Jehová, diciendo:
2  Hijo de hombre, habla a los hijos de tu pueblo, y diles: Cuando trajere yo espada sobre la tierra, y el pueblo de la tierra tomare un hombre de su territorio y lo pusiere por atalaya,
3  y él viere venir la espada sobre la tierra, y tocare trompeta y avisare al pueblo,
4  cualquiera que oyere el sonido de la trompeta y no se apercibiere, y viniendo la espada lo hiriere, su sangre será sobre su cabeza.
5  El sonido de la trompeta oyó, y no se apercibió; su sangre será sobre él; mas el que se apercibiere librará su vida.
6  Pero si el atalaya viere venir la espada y no tocare la trompeta, y el pueblo no se apercibiere, y viniendo la espada, hiriere de él a alguno, éste fue tomado por causa de su pecado, pero demandaré su sangre de mano del atalaya.
7  A ti, pues, hijo de hombre, te he puesto por atalaya a la casa de Israel, y oirás la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte.
8  Cuando yo dijere al impío: Impío, de cierto morirás; si tú no hablares para que se guarde el impío de su camino, el impío morirá por su pecado, pero su sangre yo la demandaré de tu mano.
9  Y si tú avisares al impío de su camino para que se aparte de él, y él no se apartare de su camino, él morirá por su pecado, pero tú libraste tu vida. 

Aliento, ruego y doy gracias por todos los atalayas o centinelas que velan por la iglesia de Jesucristo y que me han abierto los ojos; que al ver la amenaza de algún peligro eminente, hacen sonar sus trompetas con valor y sin prejuicios. Algunos ante el sonido de la trompeta se aperciben y toman los recaudos correspondientes. Otros se burlan, critican y menosprecian el aviso.

Proverbios 22:3: El avisado ve el mal y se esconde;
Mas los simples pasan y reciben el daño. 


Como hijos de Dios y discípulos de ÉL, somos responsables por lo que decimos y callamos. "El que sabe hacer lo bueno y no lo hace le es pecado." (SANTIAGO 4:17)

No es una tarea fácil amonestar de parte de Dios. El atalaya nunca gano el reconocimiento de todo, sino por el contrario, en la mayoría de todos los casos sufrieron la apatía de la gran mayoría, porque... lo que el común denominador de la gente querían oír, era que le profeticen el bien y no que lo alerten. Por ese motivo sufrieron: oprobios; deshonras; vituperios; persecuciones y homicidios. Pero Dios dice en su palabra. 

v 11 Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo.

v 12. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque ASÍ PERSIGUIERON A LOS PROFETAS QUE FUERON ANTES QUE VOSOTROS. (Mateo 5: 11,12)
 


La historia se sigue repitiendo, una y otra vez. Por un lado veo Atalayas haciendo sonar la trompeta, alertando, desenmascarando las obras infructuosas de las tinieblas, denunciando el pecado, y demoliendo estructuras que fueron edificadas sobre otros fundamentos que no son lo que nos dejaron los apóstoles y profetas y por otro lado veo gente queriendo silenciar las trompetas que hacen sonar los atalayas, encasillándolos juntos con los fariseos y escribas solo por comunicar la verdad, (Falta de discernimiento espiritual) o porque juzgan; cuando es totalmente licito juzgar con justo juicio y no según las apariencias. A Excepción de a aquellos que critican con un corazón resentido, por celos, envidias y por pura contiendas. (Sepamos separar los unos de los otros, por favor, para evitar confusiones)

Zacarías 7:9. Así habló Jehová de los ejércitos, diciendo: JUZGAD CONFORME A LA VERDAD, y haced misericordia y piedad cada cual con su hermano.

Juan 7:24: No juzguéis según las apariencias, sino JUZGAD CON JUSTO JUICIO.


Pido la oración por todos nuestros hermanos llenos del Espíritu Santo, llamados a interceder, velar, clamar, denunciar, derribar estructuras y alertar al pueblo de Dios. Ruego por ellos para que no se duerman, para que no caigan en las redes del enemigo y para que se mantengan firmes en su servicio a Dios. 

La Gracia, la paz y la fortaleza de nuestro Dios y Padre este con todos ustedes. Amén!

Por Hernán García Romero.