lunes, 15 de diciembre de 2014

¿QUE BUSCAS? ¿CUANDO BUSCAS A JESÚS?

Por un tiempo, pienso en la conmoción interior, en aquellos que presenciaron, el enunciado, que Juan; el Bautista, promulgó: - “ Este es el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo”. Palabras que llegaron a oídos de muchos y de entre esos muchos, se encontraban los mas íntimos de Juan; el Bautista; sus discípulos. El tiempo de las profecías, acerca del Mesías, se habían cumplido. El propósito de Juan el Bautista, de preparar el camino, para que reciban al Mesías, también. Se estaba dando lugar en la historia de la humanidad, a uno de los acontecimientos mas importante en la historia del mundo; el comienzo del ministerio de nuestro Señor Jesucristo.
Cuenta la Biblia, según el evangelio de Juan, que al día siguiente, que Jesús había sido bautizado, estaba Juan y dos discípulos de él y que Jesús estaba por ahí, cuando Juan; el Bautista, lo vio, volvió a decir “ He aquí el cordero de Dios” Los discípulos de Juan, lo oyeron y se sintieron tan atraídos, hacia él, que no vacilaron, en seguirlo por detrás. Jesús a medio camino, percibiendo que lo seguían, se dio media vuelta y les pregunto ¿QUE BUSCAÍAS? A simple apreciación, parece una sencilla pregunta, pero la pregunta que Jesús les estaba formulando, escondía su profundidad.
Teniendo un conocimiento, de los relatos, de los Evangelio; que atestiguan sobre la vida de Jesús; sabemos que ha Jesús lo siguieron por varios motivos. En Juan 6: 26. Jesús dijo: De cierto, de cierto os digo que ME BUSCÁIS, no porque habéis visto las señales, sino PORQUE COMISTEIS EL PAN Y OS SACIASTEIS .
En este caso, Jesús les revela las intenciones del corazón, a aquellos que solo lo buscaban a él, para ser saciados, de una necesidad.
¿Cuantos hoy en día siguen buscando a Jesús, con mezquindad en sus corazones?
A lo largo del tiempo que tengo, en Cristo Jesús, muchos se acercan a Jesús por una necesidad, creo que la gran mayoría y luego que la necesidad es saciada, muchos también, se alejan de él, o sea... Lo buscaban por “los panes y peces”
El otro caso es, que los Escribas y Fariseos, buscaban a Jesús para tener algo de que acusarle, para luego darle muerte. Pero... Estos discípulos de Juan, el Bautista...¿Para que lo buscaban? Veamos lo que respondieron:
Juan 1:38 Y volviéndose Jesús, y viendo que le seguían, les dijo: ¿Qué buscáis? Ellos le dijeron: Rabí (que traducido es, Maestro), ¿dónde moras?
Andrés y el otro discípulo, que según varios comentaristas coinciden que es Juan, quien escribe el relato; responden a la pregunta de Jesús, diciéndole, que lo seguían para saber donde moraba.
Cuando leí esto, me quede reflexionando sobre la pregunta ¿Para que querían saber donde moraba Jesús?
Mi conclusión fue la siguiente: Ellos querían conocerle mas, no les bastaba, solo saber, que Jesús, era, el que quitaba el pecado del mundo; ahora querían conocerle mas, querían tener comunión con él, querían tener intimidad con él, querían adorarle, no lo querían perder de vista, lo querían seguir para siempre...
Y nosotros... ¿Que buscamos, cuando seguimos a Jesús? ¿Buscamos los panes y los peces? O sea... ¿Lo buscamos solo para ser saciados de alguna necesidad? O..¿Lo buscamos, porque queremos pasar tiempo con él, porque queremos tener intimidad, porque queremos morar con él, porque queremos vivir en su presencia?
El corazón de un verdadero discípulo, es un corazón apasionado por Jesús, no se conforma al seguirlo por “los panes y peces” Un genuino discípulo de Jesús, no busca en la información, la formación, sino que busca la formación, viviendo una relación intima y de continua comunión, con Jesús.
El es el Camino; la Verdad y la Vida... El es la luz del Mundo; Es el agua que sacia nuestra sed; El es la Sabiduría; El es la Justificación; El es la Redención; El es la Santificación; en Él están escondidos, todos los tesoros del conocimiento y de la sabiduría.
¡Teniendo a Jesús no nos falta nada, porque El lo es todo!
¿Donde mora Jesús?
Jesús mora en el corazón de sus verdaderos discípulos, de aquellos, que le aman y guardan su palabra.
(Juan 14:23)
Jesús dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.
Salmo 91:1 El que habita al abrigo del Altísimo
MORARÁ BAJO LA SOMBRA DEL OMNIPOTENTE.